‍Esta investigación parte de la experiencia del taller de fin de carrera titulado Intervención en edificios existentes, desarrollado desde el 2017 hasta el 2020.

La intención de trabajar a partir de lo existente o construido responde a dos consideraciones. Por un lado, nos interesa generar una ciudad más abierta, compacta y democrática, donde la intervención en el tejido urbano existente pueda convertirse en una manera de densificar y/o mejorar la accesibilidad de servicios para un mayor número de personas, especialmente en zonas consolidadas que carecen de dichos servicios. Por otro lado, el ejercicio de pensar la ciudad y la arquitectura a partir de lo construido, nos invita a mirar, con ojos frescos, nuestro capital edificado. Es decir, motiva la identificación de estructuras con un valor arquitectónico y una memoria, como nuestro patrimonio moderno e industrial, que no se encuentra protegido por las instituciones que salvaguardan el patrimonio construido. Intervenir sobre lo existente supone, además, una agenda ecológica, vinculada al cambio climático, que busca reducir al máximo las construcciones innecesarias, valorando en cambio aquellas estructuras en estado de obsolescencia que puedan adquirir una nueva relación con su entorno inmediato y por lo tanto una nueva vida a través de la intervención arquitectónica.

La intención es encontrar estructuras que, por su escala, presencia, vocación pública y forma, puedan ejercer su máximo potencial, a través de intervenciones que apunten a transformar lo existente, lo cerrado o lo objetual, en un modelo de edificio público más abierto, flexible y adaptable a futuros cambios.